miércoles, 18 de diciembre de 2013

LA MEMORIA DE VIAJE

Un viaje a Mérida con mi madre a los ochos años de edad, cambió mi manera de ver el mundo, me abrió los horizontes de mi propio entorno y la concepción del paisaje, surgió una necesidad de estar en constante movimiento, trasladándome, captando todo con la mirada, sin una cámara fotográfica disponible mi memoria tenía que abrirse  y retener más información, imágenes, olores, sensaciones. Muchas de esas imágenes están más fijas en mi mente que las de otros viajes, incluso estando detrás cronológicamente, quizá porque los afectos son más fuertes, puesto que los niños ven la vida en otra escala.

            El viaje se convierte en un elemento de conexión con otras personas mediante el intercambio de observaciones y experiencias acumuladas una vez terminado. Erns Bloch (1998) considera en su libro Espíritu de la utopía que todo viaje involucra un desplazamiento espacial, motivo, sentido y significado, pero el viaje no sólo es movimiento en un perímetro espacial, sino también desplazamiento en un perímetro de tiempo, el viaje se hace un instrumento de cambio de cada espacio en la concepción del paisaje de cada individuo.

Asi como los cronopios de Julio Cortazar, que viajan de la siguiente manera: Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: "La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad". Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios. El viaje se va transformando en vivencia, en el marco de los buenos y malos momentos, en la mayoría de los casos, el registro fotográfico es destinado a los monumentos, lugares históricos y turísticos, sitios de interés o algún espacio representativo como constancia que el viaje se ha concretado, como una certificación del yo estuve en tal sitio y con esta fotografía lo compruebo  pero las cosas cotidianas del viaje van quedando a un lado, propensas al olvido, esas cosas que se dejan de lado en las impresiones de viaje es lo que se busca  rescatar a través de la memoria de viaje en la pintura Mnémica.

Rafael Arteaga 2011



martes, 3 de diciembre de 2013

LA FOTOGRAFIA, LA PINTURA Y EL RECUERDO.



Es obvio que la pintura y la fotografía se complementan y se influyen recíprocamente, por una parte, la fotografía capta una imagen fija, inmóvil, una mimesis, un instante de una realidad dinámica, y la pintura puede, a partir de esta detención del movimiento, hacer un replanteamiento que la enriquezca. Por otra parte la pintura, que genera o propone transformaciones, procesos, ideas, planteamientos y puede sintetizar ejemplarmente la fotografía cuando esta elige una imagen decisiva de un momento específico. De modo directo o indirecto, la pintura a partir de una fotografía puede llegar a construir una insustituible metáfora visual, capaz de fijar en la memoria un encuentro con un momento del pasado, sin la fidelidad de la fotografía.

Es por esta razón que la importancia de la imagen reside, en este caso, en la imagen del recuerdo, ya que el recuerdo no es un retorno de un momento especifico, sino más bien una reconstrucción, una reformulación que está sometida a cambios, a reajustes que se van dando en cada presente del recuerdo, es decir, en cada momento de la evocación, así, la pintura mnémica parte de la fotografía pero la reconstruye, la reformula, como hace el recuerdo con la imagen. 

Rafael arteaga 2013
 


domingo, 1 de diciembre de 2013

LA MEMORIA DE LAS COSAS




El artista se apropia de la cosa y la convierte en objeto, con sentido y significado artístico, haciendo de elementos cotidianos nuevos espacios de contemplación visual, donde las cosas no son por si solas, sino que están siendo representadas desde la perspectiva de la memoria individual hacia la colectiva.



            En este caso la “Memorabilia” permite construir un puente  entre los objetos y un tiempo o lugar especifico, ya que esta consiste en objetos que la gente colecciona porque una vez pertenecieron a alguien o están conectados con algún sitio particular, asimismo, la esencia de la  pintura Mnémica es usar la imagen de estos objetos y convertirlos en una memorabilia.

Esta pintura de un producto venezolano de harina precocida, que forma parte de la memoria colectiva en vista de la cantidad de años que tiene el producto en el mercado y que ha sido un objeto cotidiano por varias generaciones. 


aquí vemos una pintura de este producto realizado en un viaje al suroccidente de Venezuela, frontera con Colombia, entonces, vemos que en un lugar remoto, de condiciones distintas, existe un punto de encuentro que me permite sentirme identificado con aquel sitio, mas alla de las conexiones intrinsecas que puedan haber con el paisaje, los habitantes y los hechos sucedidos, hay cosas que pertenecen a la "memorabilia" objetos que conectan.  




Rafael Arteaga

DE LA PINTURA MNÉMICA

La Pintura Mnémica

El recordar es una de las propiedades más complejas y desarrolladas del ser humano. Involucra un sinfín de asociaciones y procesos de construcción y de reconstrucción de la información registrada, catalogada y almacenada en la memoria; que el Hombre en su afán de evolución orienta a la tecnología a hacer un desplazamiento de esta capacidad de hacer memoria o de recordar, al delegar esta función a un interminable número de máquinas que almacenan información llegando a parecer a simple vista, una de las grandes  panaceas técnicas.

Pero al detenernos a pensar en la forma y las características del recuerdo humano no es tan simple como ceros y unos, radica más en un complejo conjunto de relaciones, vínculos, ligaduras que se establecen entre una infinita variedad de percepciones, estímulos e ideas de la más diversa índole. El recuerdo pasa a constituirse como un ámbito que constantemente está afectado por transformaciones sucesivas que en cierta manera lo renuevan y lo recrean.

La serie de obras presentadas por Rafael Arteaga nombradas Mnémicas parten en un principio de imágenes fotográficas que posteriormente son re-presentadas por medio de la utilización de la pintura. El encuadre fotográfico, la reproducción de daños y manchas ocasionados por el tiempo, el acto de emular un marco de  foto instantánea, así como la síntesis de la forma y el color aunado al rastro de la pincelada generan un nuevo ámbito.

 Estos trabajos presentados por Rafael Arteaga proponen tanto un acercamiento muy particular a la visión del mundo fotografiado, retratado, procesado, como a los procesos y los lenguajes de tratamiento propiamente. Cada uno de estos formatos expuestos se convierte en un dispositivo que permite reflexionar sobre la memoria como proceso reconstructivo donde diferentes capas se solapan y se superponen generando continuamente nuevas formas, nuevas asociaciones de contenidos, así las pinturas Mnémicas se materializan como metáforas de la memoria y del acto del recuerdo.
 


Daniel Hernández
Lic. en Artes Plásticas
Caracas, Noviembre de 2013


 

tríptico: memoria de viaje
Rafael Arteaga